EN LA VEREDA:
Ya hemos dicho por aquí, que fuimos niños de una época de cambios y revoluciones.
El desarrollo industrial en el que se hallaba inmersa la Argentina, también afectó a los juegos y juguetes.
Sí, porque en esos años comenzó a desarrollarse la industria plástica del juguete en nuestro país.
Industria que crecería exponencialmente a partir de entonces.
Por otro lado se instalaba en los hogares la televisión, se consolidaba la radio y daba sus primeros pasos, la industria tecnológica.
La suma de estos tres factores provocaría en las próximas décadas un cambio drástico en la relación de la infancia con el juego y los juguetes.
El juego se volvería cada vez más estructurado, mecánico, asocial y en algunos casos adictivo.
Tuvimos la fortuna de ser la última generación - hermanos más, hermanos menos - que jugaría durante horas en "la vereda" a juegos que llevaban en algunos casos siglos -y aún milenios- de existencia.
Juegos que nos llegaron con nuestro pasado inmigrante.
¿Cuáles?
Queremos aquí recordarlos...
LAS RONDAS
Viajando por los pasillos de la memoria, llegamos a las callecitas empedradas de San Fernando, justo en el límite con el partido de Tigre, y escuchamos a una ronda de niñas, una de ellas está en el centro y todas cantan:
Yo soy la viudita / del barrio del Rey,/ me quiero casar/ y no sé con quien.
La ronda se detenía y la "viudita" del centro pasaba a elegir...
Con este sí ,/ con este no,/ con este señorito / me caso yo.
La ronda volvía a empezar esta vez Sobre el puente de Avignon
y la ronda giraba cantando :
Sobre el puente de Avignon / todos bailan , todos bailan / sobre el puente de Avignon todos bailan y yo también
La ronda se paraba y entonces imitábamos oficios:
Hacen así , así las lavanderas / hacen así , así me gusta a mí
Y la ronda volvía a girar.
Sin pausa el grupo pasaba a aquello de . . .
Muy buen día su Señoría / mantantíru lirulá / ¿Qué quería su Señoría?/ mantantiru lirulá / Yo quería a una de sus hijas . . .
Déjenla sola, solita y sola / que la quiero ver bailar/ saltar y brincar / andar por los aires / y moverse con mucho donaire.
Otro día la ronda se forma esta vez para jugar a "la farolera" .
Una al centro mientras la ronda gira cantando:
La farolera tropezó / y en la calle se cayó / y al pasar por un cuartel / se enamoró de un coronel / alcen la barrera / para que pase la farolera / de la puerta al sol /subo la escalera y enciendo el farol / y a la medianoche / me pongo a pensar / a ver si las cuentas / me han salido mal.
2 y 2 son 4 / 4 y 2 son 6 / 6 y 2 son 8 / y 8 , 16 / y 8 , 24 / y 8 , 32 / ánima bendita me arrodillo en vos.
De pronto alguien anunciaba que se jugaría a la paloma blanca . . .
Se iniciaba una vez más la ronda:
Estaba la paloma blanca / sentada en un verde limón / con el pico cortaba la rama, / con la rama cortaba la flor / Ay, ay, ay, ¿cuándo veré a mi amor?
Luego la ronda se soltaba y se formaban dos filas enfrentadas y al estilo de los viejos minues las niñas cantaban:
Me arrodillo a los pies de mi amante / me levanto constante, constante / darás un paso atrás / harás la reverencia / dame la mano / dame la otra / dame un besito / sobre la boca.
Aquí hacían un gesto pudoroso y respondían:
Pero no , pero no , pero no , / porque me da vergüenza / pero sí , pero sí , pero sí , porque te quiero a ti.
Obra de Frederick Morgan |
JUEGOS EN HILERAS, FILAS O GRUPOS
En aquellas tardes después de una pausa, alguien proponía jugar al Martín Pescador ; para elegir a las dos niñas que harían el "puente" se podía usar una fórmula como la siguiente:
Una , doli, treli, cuatroli, / vela, velita, velón, / contalas bien / que las diez son.
Puestas en fila para pasar bajo el puente cada una pedía permiso:
Martín Pescador ¿me dejará pasar?
Y el puente respondía: Pasará, pasará, pero el último quedará.
Las niñas-puente atrapaban a la última y le preguntaban:
¿Pera o manzana? (¿Naranja o limón?).
Se iban formando así , según la elección , dos filas, una detrás de cada niña del puente. Si la cosa resultaba muy pareja , podían resolver quien ganaba con una cinchada.
Si éramos unas pocas, o aparecía una hermanita mas pequeña, podíamos jugar a la "sillita de oro"
Obra de Frederick Morgan |
Se me ha perdido una niña / cataplín, cataplán, cataplero / se me ha perdido una niña / en el fondo del jardín . . .
Y alguien respondía : Aquí se la traigo en sillita / cataplín, cataplán, cataplero, / aquí se la traigo en sillita / desde el fondo del jardín.
En parejas podíamos jugar al fideo fino, tomando a la compañera con los brazos cruzados, y cantando mientras los bamboleábamos para dar una media vuelta sin soltarnos : Fideo fino, fideo cortado / date la vuelta para el otro lado
La bajada del sol hacía más propicio el juego de "las escondidas", que ponía a alguno de nosotros a contar tapándose los ojos en la "piedra" o pared, mientras otros buscaban un escondite.
Las corridas y silenciosos movimientos lo orientaban y entonces se le oía gritar:
" ¡ Piedra libre para Guille que está detrás del árbol ! "
Hasta que en un descuido, alguno lograba conquistar el lugar de la piedra gritando:
" ¡ Piedra libre para todos los compañeros ! ".
Al día siguiente podíamos encontrarnos a jugar a "congelarnos", en exóticas poses a "las estatuas". De espaldas a la pared, en fila se ubicaban las "estatuas". Frente a ellas una niña las iba sacando al cordón de la vereda a la pregunta : ¿ Sal , aceite , vinagre o picante ?. Según lo que eligiera era sacada suave o fuertemente por la sacadora y debía adoptar pose de estatua. Al terminar se elegía a la mejor .
JUEGOS DE RESCATE O "ZONA PELIGROSA"
Muchas veces decidíamos jugar a atravesar una "zona peligrosa" en "el patrón de la vereda".
O al "¿Lobo está?"; donde se suscitaba el siguiente diálogo:
Juguemos en el bosque / mientras el lobo no está / ¿lobo está?
- ¡Me estoy poniendo los pantalones!
Cuando el lobo , escondido en su cueva , terminaba de vestirse , se armaba la carrera para salvarse de él , que salía a la cacería de los "preguntones".
Más tarde sentaditas en fila, jugaríamos a "los fosforitos".
Todas las niñas puestas o sentadas en fila menos una que oficiaba de "bruja" elegiría a los "fosforitos" :
Pisa pisuela, color de ciruela , / vía, vía , este pie / No hay de menta / ni de rosa / para mi querida esposa / que se llama doña Rosa / y que vive en Mendoza .
La niña sobre la que caía el pie debía llevarlo hacia atrás , si le tocaba por segunda vez pasaba a formar la "fila de fosforitos" que quedarían atrapados en la cueva de la bruja.
La última que quedaba era la "liberadora o madre".
Los atrapados tenían que colocarse como estatuas en una supuesta despensa de la bruja.
La madre, para rescatar a sus fosforitos, iba a la cueva de la bruja:
- Toc-toc
- ¿Quién es?
- Soy la madre
- ¿Qué quiere?
- Vengo a buscar a mis hijos
- Váyase porque aquí no hay nadie
- ¿Puedo pasar a la despensa?
- ¿Quien está ahí?
- Nadie, es una bolsa de papas
- Humm...
La madre gritaba:
- Primer ángel ¡ven a mí´!
- No puedo porque está el diablo aquí
- ¡Abre tus alas y ven a mí!
Entre los juegos de persecución, que podíamos compartir niñas y niños sin duda el "poliladron" ó policías y ladrones, se llevaba las palmas. Aquel que daba lugar al : ¡Abajo la po-licía!
JUEGOS TRANQUILOS
Si el clima no ayudaba y teníamos que jugar en algún zaguán, o algún cuarto de planchado de las abuelas, podíamos apelar al "oficio mudo" , o al "Antón Pirulero" que por aquí -el Río de la Plata- cantábamos como :Al Don, al Don, al Don Pirulero/ cada cual, cada cual, / atienda su juego / y el que no, y el que no / una prenda tendrá.
Pero volviendo de los laberintos de nuestra memoria...
. . . Especialmente en esos años aparecería un recurso que se haría tremendamente popular entre los niños. Juego que compartirían tanto en la calle como en los recreos. "las figuritas"
LAS FIGURITAS:
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